miércoles, 20 de enero de 2010

Despido de Smarticket


Bueno, dèjenme abundar un poco al respecto. De hecho no fuè un despido tal y como deberìa ser pues no me dieron NI LIQUIDACIÒN, ni ningùn tipo de compensaciòn debida o que la ley respaldara. Fuè màs bien como "despido hormiga" como yo le llamo. Es decir: primero me dijeron que la cosa estaba del nabo y que me "descansarìan" al igual que a otros, con la promesa que me reintegrarìa tan pronto como mejorara la situaciòn econòmica del paìs. Despuès hice algunas cosas eventuales cada vez màs espaciadas hasta que de plano mi cel dejò de sonar... y què comerà la señora?

Iluso de mì. En cierta ocasiòn, hace màs de un año, Hugo Romero, mi jefe y quesque amigo, me pidiò que me cortara el pelo por la imagen de la empresa y bla bla bla... ya saben, esas pendejadas enajenantes que te barajean los de la clase medio-burguès. (sùbitamente recordè la canciòn de Alberto Cortez "para ser un pequeño burguès") Yo sòlo me lo recortè a la altura de los hombros... y huelga decir que ya creciò casi a su largo normal.

Smarticket es buena empresa, no me malinterpreten, pero la manejan como vecindad: deteniendo pagos arbitrariamente, pagando sueldos de hambre, urgencias desmedidas, ademàs de que te exigen laborar 10 horas al dìa. ESo sì, te exigen que te pongas la camiseta y vè para lo que sirviò...

1 comentario:

  1. Chales, malditos!! Pero ahora sí podemos decir que entré gratis a un concierto a expensas suyas! jaja.

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