De un tiempo acà he estado pensando en cual sería el peor crímen que un hombre pueda cometer contra la humanidad y lleguè a la conclusiòn que es el siguente: robarle a un inocente niño la clave para entender el mundo en el que vive.
El mundo en el que vivimos està lleno de maravillas y es necesario tener las herramientas necesarias para entender y conocer sus misterios. Negar este conocimiento es hundir a nuestros hijos en una perpetua oscuridad y dejarlos a merced de los traficantes de humo.
Cundo un niño le pregunta a su mamà a dónde se ha ido su mascota recièn muerta, o su abuelo o tìa favorita, siempre respondemos así: al cielo, corazón. Junto a dios. Alli estarà mejor... etc.
El privarle a un niño del entendimiento natural de la vida y la muerte sòlo perpetùa la idea falsa de la vida eterna en el más allá y los falsos conceptos del cielo e infierno y justifica la existencia de las religiones que tanto daño han hecho a la humanidad.
Esta respuesta en sì sólo tiene por fin no lastimar a los niños por la pèrdida de un ser querido, pero a la larga es peor engañarlos que decirles la verdad.
Cuando uno muere es el fin y ya...
Nadie ha podido comprobar lo contrario.
Porquè no decirle mejor: mira corazòn... tu gatito ha muerto y es necesario ser fuerte y aceptarlo como una ley natural. La ley de la Vida. Tu gatito tuvo una buena vida junto a nosotros y viviò feliz....vivir la vida felizmente es lo màs importante...
Tal vez duela un poco más, pero es necesario que aprendamos que nuestros hijos seràn adultos y es necesario dejar atràs las fantasìas infantiles para esa època tan linda que todos añoramos: la niñez.
Seamos adultos y demos a nuestros hijos el derecho a crecer como tales.
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