Aparentemente ya es oficial que Frida es mía (nuestra) ya que el último vínculo que ella tenía con su madre se ha roto.
Regularmente mi tía Rosa, quien nos encargó a Frida momentáneamente, la recogía para llevarla a la peluquería, pero la última vez que vino me sugirió que era mejor que yo la llevara a una estética canina más cercana, deslindándose así de su potestad.
Frida ha formado parte de la familia desde hace dos años y no fue sino hasta la última visita de mi tía que la adopción se realizó formalmente.
Lo que me inquieta es que esta nena tiene 14 años y se acerca inminentemente al ocaso de su tranquila vida. Yo seguro la extrañaré, pero será mi madre la que sufrirá enormemente con su ausencia ya que han forjado un lazo muy fuerte mutuamente. Realmente no quiero ni pensarlo.
Bienvenida Frida
No hay comentarios.:
Publicar un comentario