lunes, 30 de diciembre de 2019

Últimas palabras

Como se esperaba, Frida falleció mientras dormía a mi lado. Su corazón ya no resistió pese a todos los esfuerzos que ella y mi familia hicimos.

Nos consuela saber que murió sin sufrimiento y rodeada de paz y comodidades.

Nunca te olvidaré.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Nueva Etapa

Después de varios días de ver cómo Frida languidecía por su falta de apetito, decidí acudir con otro veterinario donde me reiteraron el diagnóstico.

Lo que me inquieta ahora es la falta de apetito y si acaso tuviese un origen físico. Recomendaron una serie de análisis para detectar la posible causa, aunque éste pudiera ser emocional pues es muy sabido el tremendo apego que Frida tiene a su abuela quien está ausente por las fiestas.

Por lo pronto estoy recurriendo a viejo truco de alimentarla con "jeringazos" de papillas preparadas especialmente para ella y por mí. 

Estoy seguro (espero) que tan pronto su abuela regrese, el apetito de Frida mejorará; tiene que hacerlo ya que enfrenta grandes y difíciles retos y su edad no la ayuda mucho. ¡Estoy contigo, mi vida!

jueves, 19 de diciembre de 2019

Mala praxis

Recién llevé a Frida al doctor donde le recetaron furiosemida para descongestionar sus pulmones y Teofilina para tratar su resoplo. 

Grande fue mi sorpresa a notar un decaimiento generalizado y luego de 3 días, Frida dejó de comer. 

Leyendo sobre la Teofilina aprendí que no debe administrarse conjuntamente con la furiosemida ya que puede generar reacciones adversas, pudiendo éstas ser graves si tomamos en cuenta la edad de la mascota.

De momento decidí abandonar el tratamiento con la esperanza de que Frida, en lo que cabe, se recupere de lo que yo considero una mala praxis de la Clínica Benet.

Por cierto, de los desmayos, pérdida de fuerza en las patas traseras y la incontinencia, no me dijeron nada.


viernes, 13 de diciembre de 2019

Frida enferma

Luego de un síncope de naturaleza desconocida, Frida se ha visto notablemente decaída y débil; sus patas traseras difícilmente soportan su peso y en ocasiones pierde el control de sus esfínteres.

Tiempo atrás dió indicios de que algo malo le sucedía. Pasaba largo rato contemplando el vacío con sus ojos ciegos ensimismada en quién sabe qué pensamientos. Paseaba por la casa confundida y fácilmente se extraviaba detrás de una puerta o debajo de algún mueble. Lo anterior era fácilmente atribuible a demencia senil canina pero siempre pensamos, erróneamente tal vez, que nuestros mimos suplirían esas carencias. 

Al final de cuentas lo importante es la calidad de vida, pero desde ese primer desmayo, su condición se ha deteriorado aceleradamente y aunque a primera vista no parece sufrir, duerme todo el tiempo indiferente a nuestros estímulos y ya perdió todo interés por su alimento favorito.

Después de insistir neciamente logré convencer de una urgente visita al veterinario con los gastos que esto conllevaría y en estos momentos estoy contando los minutos para sacarla de su sueño y salir corriendo en busca de esperanza. 

Pongo todas mis esperanzas en las próximas horas.