martes, 25 de diciembre de 2018

Dios no existe

Si dios no tiene materia, ni asisten en él las propiedades físicas o químicas, ni conceptos de energía u otros estados de la naturaleza, ni tiene injerencia o incidencia en los fenómenos del universo, pues entonces dios es nada y como tal, dios simple y llanamente no existe.  A menos claro está, que lo consideremos como lo que realmente es: una idea creada por el ser humano en sus etapas más primitivas para explicarse los fenómenos de su entorno en una época en la que no se disponía de recursos para indagar o investigar.  Dejémoslo como está: dios es un mito, una fantasía que el ser humano creó a su imagen y semejanza. Algo así como el Quijote de la Mancha, Topo Gigio o el hombre araña. También podemos decir que es una broma que llegó demasiado lejos y que convenientemente para muchos abusivos, todavía hay incautos que se la creen. Pero dejando de lado todos los abusos que incurren en el ámbito de los mitos y la superstición, a la idea de dios le conviene quedar ubicada en un sitio donde ya no estorbe y ese lugar no es la religión, sino el agradable entorno de la literatura.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

A un año

Hace ya un año que sufrí un coma mixedematoso y durante el episodio no recibí ninguna atención médica ni mucho menos palabras de aliento del los que entonces me rodeaban.

Las secuelas fueron graves e incapacitantes, entre las cuales, quizás la más odiosa fue una neuropatía periférica aguda, que, como ya he referido antes, me produce un dolor intenso e insidioso en los tobillos y muñecas además de un ardor terrible en las terminaciones nerviosas; esto es tal, que me arranca lágrimas de desesperación y máxime con las bajas temperaturas.

Ignoro que si de haber recibido la atención adecuada en ese momento, me habría ahorrado tanto sufrimiento. No puedo decirlo, pero la mejora de acerca furtiva, dubitativa y esquiva.

Hay una luz a la distancia pero temo que ésta aún esté demasiado lejos.

sábado, 6 de octubre de 2018

Bulto

A veces siento que estoy atrapado entre varios frentes: mi salud, mi familia y la escasez de dinero. Un agravante es que a nadie de mis amigos les he contado acerca de mis padecimientos y por lo mismo, ni una visita, ni llamada, ni palabras de aliento. Otro agravante es que tampoco he hecho pública mi situación familiar a otros miembros de la familia y esto sólo empeora las cosas.

Dicho esto, debo reconocer que estoy solo, sin poder acudir a nadie en busca de consejo o apoyo emocional. En mi casa soy un bulto, una molestia, un estorbo al cual todos tienen el derecho a ningunear e ignorar. Huelga decir que esto me provoca ansiedad, depresión y un terrible odio irracional hacia quien originó todo esto. Lo peor es la indiferencia de mis seres cercanos quienes al ver mi predicamento, prefieren cerrar los ojos a mi intolerante situación.

Recientemente pensé que un familiar cercano se solidarizaba conmigo, pero tristemente él tiene otras preocupaciones, me dio la espalda y, para variar, yo chingo a mi madre.

Pa'rriba

Debo reconocer que mi salud ha mejorado aunque poco a poco. Últimamente los dolores en los pies han disminuido lo suficiente como para poder dormir tranquilamente, con episodios esporádicos de insomnio. La neuropatía persiste aún y no sé si el ardor en los dedos está bajando o me estoy acostumbrando a él. El suplemento hormonal está funcionando y espero salir ya de ésta pronto.

martes, 11 de septiembre de 2018

Es oficial

Aparentemente ya es oficial que Frida es mía (nuestra) ya que el último vínculo que ella tenía con su madre se ha roto.

Regularmente mi tía Rosa, quien nos encargó a Frida momentáneamente, la recogía para llevarla a la peluquería, pero la última vez que vino me sugirió que era mejor que yo la llevara a una estética canina más cercana, deslindándose así de su potestad.

Frida ha formado parte de la familia desde hace dos años y no fue sino hasta la última visita de mi tía que la adopción se realizó formalmente.

Lo que me inquieta es que esta nena tiene 14 años y se acerca inminentemente al ocaso de su tranquila vida. Yo seguro la extrañaré, pero será mi madre la que sufrirá enormemente con su ausencia ya que han forjado un lazo muy fuerte mutuamente. Realmente no quiero ni pensarlo.

Bienvenida Frida

domingo, 9 de septiembre de 2018

Altas expectativas

Creo que eso es exactamente lo que son, altas, muy altas; tan altas que parecen inalcanzables.

Llevo diez días de tratamiento y lejos de mejorar, hoy me siento peor que en días anteriores. Mi cuerpo está saturado de medicamentos que no logran disminuir este terrible dolor; siento que algo muele mis huesos y mi piel arde como nunca antes.

Estoy tan desesperanzado que creo que ya no tiene remedio.

martes, 4 de septiembre de 2018

Mirando atrás

Según mi entendimiento y tomando en cuenta lo explicado por mi doctor, el episodio que padecí a finales del año pasado fue un "coma mixedematoso", el cual, como ya relaté, nunca fue atendido y del cual me he estado recuperando muy lenta y dolorosamente.

Las secuelas no se hicieron esperar pues ahora confirmo que lo que padezco es neuropatía periférica, ocasionada precisamente por un nunca tratado hipotiroidismo.

La literatura médica indica que, una vez normalizado el funcionamiento de mi glándula tiroides, la neuropatía debe remitir.

Serenidad y paciencia.

viernes, 31 de agosto de 2018

Nueva vida

Hola inicié el tratamiento que me indicó en endocrinólogo y, según sus palabras, en una semana comenzaré a sentirme mejor y en un mes estaré de pié casi normal.

Hormonas, complementos y dieta es lo que, de momento, guiarán mi vida diaria para posteriormente darle paso a una rutina llevadera y casi normal. Será el fin del tormentoso dolor y podré enfocarme en el siguiente paso: conseguir trabajo.

Mi vida no está aún resuelta pues quedan algunos asuntos por resolver, pero primero lo primero, ¿verdad?

miércoles, 29 de agosto de 2018

Consecuencias

Faltan unas cuantas horas para que el doctor me reciba y por fin dé un diagnóstico a esta horrenda enfermedad que tantas lágrimas de dolor me ha arrancado.

Antes, quiero expresar algunas impresiones que este padecimiento me ha dejado:

Al principio sufrí lo indecible: fui presa de convulsiones, fiebre y desvaríos. Inicié una lastimosa recuperación, mis extremidades no me sostenían y luego de haber pasado más de dos semanas sin comer, la gastritis hizo su aparición.

Comenzaron los escalofríos y los dolores en las extremidades. Estos eran tan atroces que llegué a no poder dormir durante una semana pues el dolor era insoportable. Nunca un doctor fue a verme; nunca un consuelo o una sonrisa de empatía.

Creían que yo fingía y eso explicaría el porqué nunca nadie fue a atenderme. Últimamente he recuperado casi la totalidad de mis funciones pero el dolor nunca se va; es constante e insidioso y solo con grandes dosis de Tramadol  puedo dormir.

La indiferencia siempre está presente. Cada vez que le comento a mi madre sobre mis dolores, ella actúa de dos formas posibles: o finge no escucharme y me ignora o me interrumpe con anécdotas de sus propios dolores. A pesar de las recetas de mi doctora previa, nunca se mostró convencida de mi enfermedad. Espero que ahora sí me crean y mínimo pueda yo recibir un poquito de empatía de parte de mi familia.

Pijama Nuevo

- Ten, toma esta pijama. La compré para tu tío pero no le quedó, no es de su talla.

- Gracias, pero ¿y él? Sabes que viene el invierno y mi tío sufre muchos dolores con el frío debido a su enfermedad. ¿Por qué no la cambias por otra de su talla?

-  No porque me da flojera ir hasta allá, además ¿a quién le importa? ¡que se  chingue!

jueves, 16 de agosto de 2018

Por fin

Luego de mucho insistir logré que mi doctora me enviara con un especialista, el cual tendrá que ser un endocrinólogo, dada la incapacidad de la misma para darme un diagnóstico concreto.

Hoy tendré mi primera cita con un especialista, quien por una grata casualidad será mi primo Guillermo Mézquita, cuyo talento le precede.

Debo aclarar que no estoy muy convencido que esta nueva búsqueda del origen de mi padecimiento y cura lleve a buen término. No existen remedios milagrosos y sólo de pensar en retomar de nuevo los análisis, pruebas y exámenes (por lo que he leído esto incluye punciones lumbares, toma de muestras y más análisis clínicos) me inquieta un poco, amén de no ser garantía de una pronta cura.

En verdad me tranquiliza que alguien con más experiencia tome las riendas en esta búsqueda, pero aún así es inquietante dadas las circunstancias en las que me encuentro.

Esperaré lo mejor

sábado, 30 de junio de 2018

¿Qué tengo?



Inició en mayo del año pasado cuando me percaté de una molestia en las articulaciones de los dedos de manos y pies aunado a una sensación de ardor en las yemas que se acrecentaba al contacto.

El primer diagnóstico fué Síndrome de Raye, debido a mi consumo de aspirinas pero al suprimir su uso, las molestias continuaron incrementándose lo que nos llevó a una posible artrosis ocupacional. Luego de análisis clínicos surgió el posible diagnóstico de neuropatía periférica con complicaciones ocasionada por un factor aún no identificado.

Luego de una crisis nerviosa aguda resulté con un debilitamiento general, manos frías y las extremidades casi inútiles; me fue casi imposible incorporar y mucho menos pasear a Frida. Luego recuperé las fuerzas lenta y lastimosamente (huelga decir que perdí mi trabajo).

El ardor intenso en las yemas de manos y pies se incrementó junto a un dolor casi insoportable en las palmas, tobillos y muñecas que no pocas veces me arrancó angustiantes lágrimas de desesperación e insomnio.

Tramadol fue una parcial victoria pues si bien ahora puedo dormir, los dolores articulares continúan y tengo que administrarlo tan seguido que, sumado al consumo masivo de aspirinas y otros analgésicos, me orillan a temer por la integridad de hígado y riñones.

La frustración continúa al escuchar de mi doctor que mi padecimiento es autoinmune y crónico; una posible fibromialgia para la que no hay tratamientos y que deberé aceptar ese dolor incapacitante por el resto de mi vida, lo cual me niego a aceptar.

La situación se complica enormemente al carecer de trabajo y de seguridad social amén que en mi familia sospechan que es psicosomático (¡seguramente finjo para no sé qué chingaos!). No tengo de momento perspectivas de trabajo, amor o incluso fraternidad ni mucho menos independencia económica.

Llevo más de un año de casi completo aislamiento social (ni mis mejores amigos están al tanto). Estos dolores tan intensos que van y vienen me dificultan enormemente escribir en la PC o incluso en mi celular (donde escribo de a dedito). 

Casi no puedo manipular los controles de mis cámaras y mucho menos tocar la guitarra. Así las cosas; trato de no agüitarme y ver luminoso el mañana. Continuaré buscando respuestas en otras opiniones y otros diagnósticos.

Actualización (6-ago-2018)

Recién terminé un tratamiento vasodilatador sin grandes mejoras por lo tanto iré de nuevo con la doctora para que me explique los siguientes pasos a seguir para terminar con esta posible (ahora sé) Polineuropatía inflamatoria aguda, enfermedad idiopática (de origen desconocido) y necesariamente crónica.

Juro que estoy desesperado y muy frustrado.