miércoles, 12 de diciembre de 2018

A un año

Hace ya un año que sufrí un coma mixedematoso y durante el episodio no recibí ninguna atención médica ni mucho menos palabras de aliento del los que entonces me rodeaban.

Las secuelas fueron graves e incapacitantes, entre las cuales, quizás la más odiosa fue una neuropatía periférica aguda, que, como ya he referido antes, me produce un dolor intenso e insidioso en los tobillos y muñecas además de un ardor terrible en las terminaciones nerviosas; esto es tal, que me arranca lágrimas de desesperación y máxime con las bajas temperaturas.

Ignoro que si de haber recibido la atención adecuada en ese momento, me habría ahorrado tanto sufrimiento. No puedo decirlo, pero la mejora de acerca furtiva, dubitativa y esquiva.

Hay una luz a la distancia pero temo que ésta aún esté demasiado lejos.

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