Una muy buena explicación de por que los izquierdistas siempre ven conspiraciones por doquier, claro, cuando les conviene, y con eso no digo que nunca nadie haya conspirado, pero el asunto es que esas teorías de la conspiración muy rara vez han resultado ciertas. En todo caso el asunto es que a afirmaciones extraordinarias pruebas extraordinarias, y aquellos casi nunca sustentan lo que afirman, entonces claro, uno debe ser escéptico, de mente abierta, pero tampoco como para que se le caiga el cerebro, por eso lo siguiente resume muy bien el asunto:
“La tendencia a creer en teorías de la conspiración es un fenómeno muy humano, a mitad de camino entre el escepticismo, que trata de ir más allá de las apariencias que engañan, y el pensamiento religioso, que tiende a aceptar como verdades narraciones en las que, si uno no se para a analizar detalles y contradicciones, parece que todo encaja. El filósofo Karl Popper, probablemente la primera persona que empleó el término “teoría de la conspiración”, planteaba que esta visión, en la que todo lo que sucede en la sociedad es resultado de los designios directos de algunos individuos o grupos, es fruto de la secularización de las supersticiones religiosas.
La creencia o no en las teorías de la conspiración muestra cómo solemos agarrarnos a nuestras ideas preconcebidas independientemente de las pruebas que se nos muestran. John McHoskey, de la Universidad de Michigan Oriental, ha mostrado cómo cuando se nos presentan pruebas que apoyan nuestro punto de vista habitual las aceptamos de forma acrítica mientras que cuando las evidencias amenazan con sacarnos de nuestro prejuicio las escrutamos con ahínco y buscamos información que las desacrediten.”
- Daniel Mediavilla.
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